"...La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar..." Para leer el libro completo, haz clic aquí

martes, 29 de junio de 2010

Cuento: La Carreta Vacía (Anónimo)

   Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: estoy escuchando el ruido de una carreta.
-Eso es- dijo mi padre, -es una carreta vacía-.

Pregunté a mi padre: -¿cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?-. Entonces mi padre respondió: - Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor ruido hace".

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerda que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y que nadie está más vacío que aquel que solamente está lleno de sí mismo.

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